Hace unos días Diario Los Andes realizó una entrevista al conductor de la Inspección General de
Seguridad que opera bajo las órdenes del Gobierno de la Provincia.
Lo que me llamó seriamente la atención fue la notable falta
de respeto tras publicar una serie de datos que son internos a nuestra fuerza
policial.
Ustedes me dirán que somos empleados públicos y por lo tanto
estos datos también tienen que ser públicos, que la gente o el ciudadano tiene
que conocerlos; les voy a explicar por qué en estos casos debe
tenerse en cuenta el “principio de discreción”.
Etica y discreción son hoy sinónimos de sabiduría. Saber
guardar un secreto o un dato confidencial y mantenerlo es un privilegio que
pocos Gobiernos o Empresas puedan resolverlo. En un mundo donde la privacidad
individual y colectiva parece esfumarse, confiar aspectos institucionales puede
llegar a ser un verdadero desafío para aquellos que trabajan para y por la
política.
Pero también puede llegar a ocasionar una verdadera
catástrofe moral interna.
Pero en este caso puntual este tipo de información corriendo
por la senda peatonal y las veredas de los vecinos genera mucha incertidumbre,
mala imagen y por sobre todo indisciplina en una fuerza policial mendocina que
no se lo merece. Digo que no se lo merece porque basta con hacer una mirada por
sobre todas las fuerzas policiales de la Argentina y nos vamos a dar cuenta a
qué me refiero.
Tenemos una fuerza policial excelente con moscas en la leche
como toda la sociedad.
Tampoco es bueno en estos días que el sistema político de
conducción se jacte de tener totalmente sometida una fuerza que se ha
desarrollado y ha crecido con diferentes gobiernos en todas las etapas de la
vida en democracia. No es bueno y saludable generarle a nuestros hombres policías
un sentimiento de persecución, generarles incertidumbre interna, malestar y por
sobre todo ganas de retirarse o jubilarse pronto.
Hoy las fuerzas policiales de la Argentina no pueden sacar
el pie del plato político. Me parece muy bien que exista tal intervención, lo que no me parece bien es el sometimiento
físico e intelectual de nuestras policías y la entrega de información a la prensa
amarillista para generar resultados políticos interesados y adversos.
¿Qué pasaría si juntamos todas las miserias de nuestros
políticos y las colocamos en un solo plato, dándola a conocer a nuestra
ciudadanía?
Claro, esto nunca podría ocurrir. Pegarían el grito en el
cielo. Perderían credibilidad ante el pueblo.
Bueno, ¿entonces por qué hacerlo con hombres y mujeres que
decidieron una carrera de entrega al prójimo?
Los trapitos sucios deben ser solucionados en casa, decía mi
abuela. Hay una notable falta de respeto
en la comunicación.
Pido a las autoridades políticas actuales que cuide a la
familia policial. No nos hagan quedar como los peores, los más indisciplinados,
no muestren información al mundo de lo capaces que son para controlarla. No es
necesario.
Estas estrategias comunicacionales causan daños severos en
la mirada de la gente para con la policía. Recuerden que cada gestión política
es la responsable de la admisión e ingreso de nuevos policías. Ustedes son en
definitiva los que seleccionan.
Entiendo que al sistema político actual y pasado no les
convenga tener una fuerza policial con líderes naturales, decisión propia y
otros detalles que son peligrosos para poder conducirla, pero tengan la
amabilidad de seleccionar adecuadamente la información que están brindando a la
prensa, pues los mendocinos ya no nos comemos los mocos, nos damos cuenta que
el objetivo que intentan demostrar no escapa a una burda y asquerosa “casería
de brujas”.
Por favor Señores políticos sean discretos, en estos tiempos
tratar de someter un grupo de trabajadores disciplinados es muy bajo.
Ya destruyeron a sus conductores quienes se encuentran
sometidos por temor a represalias bajo la premisa de no ascender, traslados
inmediatos, peores destinos policiales y por sobre todas las cosas del
sometimiento aplicado a través del recargo de horas laborales.
Vale decirles al sistema político que la fuerza policial ha
resistido las peores atrocidades políticas y los que cada vez pierden más
credibilidad sobre la sociedad son ustedes, pues están perdiendo poco a poco la
decencia y la moral.
Esto no se trata de ser radical o peronista, se trata de ser
discretos por favor.
A continuación paso el link del artículo enunciado en la
presente carta:
Atentamente.
Francisco “Pancho” Cordón
Grimsditch
Subcomisario (R)
Técnico en Seguridad Pública
Instructor Nacional de Andinismo
Técnico en Seguridad Pública
Instructor Nacional de Andinismo