sábado, 18 de marzo de 2017

Sabiduría para nuestra Policía de Mendoza

La Policía de Mendoza está deprimida, hay una sensación de desesperanza colectiva. Es el momento de ayudar a nuestra Institución azul.




Estamos  todos de acuerdo que el trabajo policial es considerado una profesión de alto estrés ya que los efectivos están expuestos a situaciones violentas, nocivas y exigentes. En la condición de estrés excesivo hay manifestaciones a nivel físico y psicológico que afectan directamente su quehacer policial y su vida personal y familiar. Cuando la ciudadanía y las autoridades ministeriales ignoran este concepto, menosprecian al ser humano policial y su familia. La idea de este trabajo apunta a reivindicar o crear conciencia que estamos en serios aprietos de todo tipo y nadie toma cartas en el asunto, nadie quiere hablar al respecto, y lo que más duele que no exista una campaña gubernamental ni social protegiendo a sus ángeles guardianes. Es muy triste ver en artículos periodísticos forrados de amarillo un compañero que se suicidó, otro procesado y otro exonerado. Siempre bajo la misma lupa, le corremos la cara.

Evidentemente algo nos está pasando como sociedad y nuestra fuerza policial con un alto nivel de sensibilidad sobre el resto de las Instituciones del Estado está siendo afectada.

Cuando lo personal y sobre todo el protagonismo individual absurdo nos ciega, se pierde el rumbo. Es el caso de nuestra fuerza policial y su entorno.

Mucha información, muchos grupos de WhatsApp y Facebook, demasiados intereses, una lucha absurda por querer tener representatividad o acumular poder, en fin, mientras esta dispersión siga en juego las Instituciones del Estado pierden credibilidad frente a los sistemas que la sostienen y se produce una imagen negativa en la ciudadanía, que es lo que hay que revertir.

Desconfía de aquel que te dice que formó una agrupación, sociedad, cuadro, asociación, gremio, mutual u organización y que no espera nada a cambio. Todos los seres humanos tenemos metas y si alguien posee una imagen inspiradora, creadora y motivacional sin dudas hay que seguirlo, pero no te comas el verso que es simple altruismo y no espera nada a cambio en retribución.

Todos esperamos algo. No tiene nada de malo acompañar esta fórmula “A + B = C”, donde “A” es lo Institucional, “B” las apetencias personales y “C” los logros o fines.
El problema actual es que esto funciona en niveles organizativos iniciales, pero cuando trabajamos con grandes grupos humanos la cosa cambia. He aquí mi conjetura relacionada directamente con nuestro sistema democrático social que nos enseña que el pueblo es soberano en cuestiones de votos y elecciones, porque cuando muchas personas se ponen de acuerdo y vibran en un solo plano se producen efectos positivos o negativos,  pero buscados.

Winston Churchill decía: “Si estamos juntos no hay nada imposible. Si estamos divididos todo fallará”, evidentemente hablaba desde la perspectiva de su experiencia hace décadas, pero es coincidente con los tiempos actuales donde Michael Jordan manifestaba: “El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos”. Podemos dar miles de citas parecidas pero el objetivo es convencernos a nosotros mismos que este partido se juega en equipo y que no se trata de embarrarle la cancha al que camina junto a ti, todo lo contrario, empezar a entender que en ciertas circunstancias de la vida debemos unificar criterios acompañándonos.

No hace mucho tiempo, precisamente el primero de marzo de este año, alguien o varias personas lanzaron a través de los medios virtuales una convocatoria para que los policías se manifestaran en la Legislatura Provincial. Los Policías hoy en día creen más en el Monje Negro o en un anónimo  que en todas las Asociaciones que describo en la pancarta inicial y mucho menos en el Ministerio de Seguridad Provincial. Esto es por la crisis de valores sociales y una notable falta de credibilidad en nuestros gobernantes o funcionarios de turno. Es como el cuento del pastor mentiroso, nos han engañado con dulces y mermeladas tantas veces que ya no queremos comprarlas y la mayoría de los azules piensa que la mejor forma de no sentirse traicionado es “no confiar en nadie”. Tantas gestiones han manoseado los derechos del trabajador policial que ahora todos, incluso los más honestos y leales personajes han sido puestos en saco roto.

Para revertir esto faltan muchas ganas de hacerlo y por sobre todo amor, tolerancia y templanza.

Ciertos grupos parapoliciales en la actualidad intentan ganar espacios tirando blasfemias sobre otros. Esta todo transgiversado. Podemos decir que dañan la imagen institucional policial. Es lamentable el bajo nivel cultural de emitir agravios, perjuros, complotando contra personas o asociaciones por el gusto de crear malestar. Siempre, en todos los tiempos, esto ha ocurrido pero ahora los medios virtuales han intensificado esta guerra absurda que no conduce absolutamente a nada positivo.

Quizás sea una utopía pensar que en algún momento de esta historia un representante de cada una de las organizaciones policiales que trabajan en la perisferia de la Institución puedan juntarse con un fin determinado, sin celos, sin intereses personales, con el único objetivo de peticionar formando un bloque inteligente de policías en actividad o en retiro. Yo tengo esperanzas que esto se concrete.

Aprendamos de la Coorporación política argentina, en este caso mendocina, que desde el advenimiento de la democracia viene traspolando palabras con el objeto de traspasarse el poder entre ellos. Se sacuden las mantas mugrientas, esconden el polvo debajo de la alfombra, intercambian puestos en el Estado, se dicen llamar enemigos políticos pero la verdadera misión es desorientar, crear opinión pública y seguir viviendo del Estado. No hay nada malo en ello, son organizados, metódicos, elegantes, soberbios y miles de adjetivos calificativos para enunciar, pero cuando se las ven negras todos se unen porque defienden su fuente de trabajo, la política.

Todos leemos miles de blogs, grupos sociales o whatsapp cargados de pensamientos automáticos, irracionales, exagerados, dramáticos, negativos y encima gratuitos, sin que le podamos sacar el menor provecho. La mitad del día veo a mis colegas policías introducidos en sus celulares y les puedo asegurar que en sus casas continúan con este flagelo. Basta, muchachos!, nos estamos enfermando, algo me dice que este control subliminal no nos deja ver la realidad cotidiana. Hay que cambiar los pensamientos distorsionados porque esta alteración virtual nos está programando para algo que no vamos a poder dominar.

La fuerza policial tiene que empezar a valorar los pequeños avances por más pequeños que sean, desde una simple gestión ministerial hasta el apoyo humano de cualquiera de las asociaciones que trabajan en la perisferia, por eso las enumero y las describo una por una.

Durante muchos años pensaba e idealizaba la carrera policial como justa y perfecta. Muchos de mis colegas siguen idealizándola de tal forma que sufren tanto que se quieren ir, jubilarse o hasta algunos irse de baja. Hay muchos caminos para cambiar este paradigma que hoy nos hace daño y tengan por seguro que no es a través de individualidades o personalismos de algunos que negocian con el poder o tan solo se mandan la corte, todo lo contrario es a través de la unión de todos, y digo todos para ver si mis lectores que tienen cargos en el Estado se dan por enterados.

Si todos empezamos a reforzar los buenos avances, nos juntamos para fines genuinos, sin dobles intenciones, empezaremos a crear conciencia en la identidad policial.
En el camino equivocado temo que en cualquier momento las decisiones políticas interfieran en los logros obtenidos en leyes, decretos y resoluciones policiales alcanzados con mucho sacrificio en los últimos años, por ejemplo menciono el beneficio del retiro policial anticipado (un logro anhelado). Específicamente hoy existen tantas organizaciones en la perisferia policial que buscan intereses afines que no se tocan ni en el medio ni en la tangente, porque intentan ser escuchados individualmente y desarrollan maniobras estratégicas evidentemente similares. Cuando llegan al objetivo pierden fuerza y credibilidad.

Todavía existen policías en actividad y retiro que pagan mutuales o asociaciones fantasmas en sus bonos de sueldos (aclaro que no me refiero a ninguna de las mencionadas en la imagen o pancarta del artículo). Benditos aquellos que por una cuota societaria esperen que les resuelvan sus vidas civiles y policiales. Es muy fácil esperar que otro te resuelva la vida, pero tomar conciencia, participar y ponerse la camiseta, al parecer para un policía, es mucho riesgo mental.

Cuando una Institución comienza a perder la autoestima se empieza a deteriorar. No puede ser que todos los policías coincidan en la falta de comunicación institucional e interpersonal pero nada hacen para que esto cambie. Otro de los vicios actuales que atraviesan gran parte de la oficialidad es el miedo a perder poder y les aclaro que afuera no son nada.

¿Qué motivación mueve a nuestros actuales policías?

Creo que la respuesta debe ser emitida por el actual Ministro de Seguridad de la Provincia. No obstante el tema de los Servicios Extraordinarios policiales es una materia pendiente que van a tener que resolver de fondo éste u otro gobierno, pues los salarios y las perspectivas de crecimiento individual no alcanzan, a pesar que el Gobierno emita sus considerandos bastante discutibles como “los policía de Mendoza son los mejores pagos de todos”. Desde la perspectiva gubernamental todos los empleados públicos están bien pagos, pero no es tan así. Toda la Argentina sabe que no hay plata suficiente para pagar la bola estatal.

¿Cuáles son los nuevos patrones de conducta inducidos por el gobierno a nuestra policía?

Es un misterio. Con cuatro años de mandato y funcionarios que vienen a conocer la identidad policial durante el transcurso de la gestión es imposible establecer patrones. Somos ratones de laboratorio, al finalizar la gestión nos empiezan a querer.

¿Cuál es el rol institucional de las Policías en Democracia?

El 90% de las personas que conducen la fuerza policial no lo saben. Si las autoridades no lo recuerdan el pueblo lo demanda.

No quiero hablar del tema sindical porque es un tema candente que trae diferentes posturas académicas, pero evidentemente desde las perspectivas nacionales y como dice el bolero  ”pasarán mas de mil años muchos más”… para aceptar que los policías somos trabajadores e imploramos por nuestros derechos laborales,  sin violencia, sin huelgas, sin faltarle el respeto a la ciudadanía. No puede ser que esta posta sindical cada vez que se activa genere tanto miedo en el Estado. Miren hasta donde llega el miedo y los intereses adversos que un Funcionario del Gobierno Nacional me dijo: “Panchito, jamás van a aceptar la sindicalización policial, ni en pedo, por miedo, ustedes pasarían a ser los sindicatos más fuertes del país, ¿quién los frena?”….más claro agua de purificador.


Estoy convencido que existe premeditación por parte de nuestros gobernantes, de uno u otro partido político, para que los hombres y mujeres policías no puedan debatir ni pensar sus derechos. También reclamo de soberbios y especuladores a todos aquellos actores políticos que tras un cargo específico piden ayuda, roban proyectos y planes, les cambian el título y encima los firman como de su tutoría. Como ejemplo burdo nunca pude encontrar el mapa del delito.

Recuerden que los que hoy están arriba mañana estarán a bajo, porque el poder no es bueno ni malo, es neutral, pero tengan el honor de sembrar bienestar y no malestar entre sus semejantes. No entiendo porque este país ha abandonado tanto a sus Instituciones, merece un apartado especial.

Los llamo a la reflexión, a nuestra fuerza policial le faltan Sociedades civiles, Empresas civiles,  Fundaciones u ONG sin fines de lucro, altruistas, que de verdad quieran ayudar y no para luego pasar factura, si no para crear un bien. Estamos buscando pequeñas empresas que deseen luchar en la adversidad ayudando a nuestros policías, que muestren capacidad de resiliencia para con un Estado desbastado.
Necesitamos grupos de motivados al logro que sepan que el camino es duro pero confiados en sí mismo, que conozcan sus potencialidades y limitaciones.

Necesitamos que la fuerza policial se instruya en estos temas, que se una en una sola fuerza, que se exprese con sabiduría y que demande respeto y dignidad a quienes intenten representarla.

Sin pelos en la lengua.

Subcomisario (R) Francisco Cordón Grimsditch
Técnico en Seguridad Pública
Instructor Nacional de Andinismo